4 maneras de escapar de las trampas mentales que sabotean tu éxito

4 maneras de escapar de las trampas mentales que sabotean tu éxito

No eres ni perfecto ni completamente defectuoso, sin importar lo que te diga la voz en tu cabeza.

El camino hacia el éxito tiene muchos picos y valles imprevistos, para muchos de los cuales no estamos preparados ni emocional ni mentalmente. Sin embargo, cuando nos ponemos a analizar, a hacer una introspección para comprender nuestras debilidades y fortalezas mentales, abrimos la puerta para convertirnos en agentes de cambio poderosos.

Los emprendedores van a encontrar en su "aventura" muchas pruebas mentales, tribulaciones y una buena dosis de crecimiento personal que son tan esenciales para crear y mantener un negocio exitoso como tener un producto y / o servicio viable. Aquí hay cuatro maneras en que puedes superar las trampas mentales con las que te encontrarás en el camino hacia el éxito.

1. Invertir tiempo en actividades que contrarresten el síndrome del impostor

El síndrome de impostor es una característica común para cualquier persona con estándares y expectativas de alto rendimiento que asuma la responsabilidad de sus acciones, decisiones y comportamiento. A pesar de los éxitos que has logrado, crees que no eres lo suficientemente bueno.

La solución es anular ese inútil sistema de creencias. Deja de permitir que las falsedades se refuercen cognitivamente. Hay una brecha en la base de tus creencias que te sirven positivamente. Así que concéntrate más en la forma de llenarla.

Adopta la rutina de buscar y buscar razones que validen tus esfuerzos. Busca comentarios de clientes y colegas. Abstente de compararte con los demás. En vez de eso, busca la prueba en tu interior de que tienes el valor y la competencia más allá de tus expectativas actuales. Escarba profundo. Estará allí.

El síndrome de impostor es una característica común para cualquier persona con estándares y expectativas de alto rendimiento

Recuerda de forma activa imágenes y experiencias pasadas que se enfrenten a la percepción actual y deficiente que tienes de ti mismo. Dedica tiempo en volver a encender las emociones. Cuando te preguntes si realmente eres un fraude, puedes estar seguro que habrá dudas. Cuando llegues a lo profundo, la respuesta que generalmente encontrarás es que estás lejos de serlo.

2. Conoce y resiste el Sesgo de Confirmación

El Sesgo de Confirmación es la tendencia de una persona a favorecer la información que confirma sus suposiciones, ideas preconcebidas o hipótesis, independientemente de que éstas sean verdaderas o no.

Ejercer dicho sesgo es autovalidación. Reafirmar tu posición con evidencia que la respalde te hace sentir bien contigo mismo. Te sientes orgulloso, confiado y realizado. En un nivel subconsciente más profundo, te sientes seguro. El problema radica en que la lente a través de la cual te ves es limitada. Puedes perder oportunidades y serás vulnerable a los peligros que tus prejuicios ciegan.

Convertirte en un líder efectivo conlleva una buena disposición para escuchar, recibir y apreciar el aporte de los demás. La clave es elegir sabiamente a quienes te rodean para que se conviertan en asesores de confianza, pero cuidado, lo más posible es que te sorprendan, te saquen bruscamente de tu zona de comfort y te hagan enojar con algunos de los comentarios que obtengas.

Da pie a ser corregido. Invita a otros a opinar. Invita a otros a que te expliquen diferentes perspectivas y razones que aún no puedes ver. Puede doler, pero debes aprender a permitir este malestar. Cuando el dolor de la picadura disminuya, vuelve a revisar la información, tendrás una mejor disposición mental y emocional para ver el verdadero aporte. Reconoce que siempre habrá personas que saben más y estás limitando tu capacidad de éxito si decides permanecer aislado.

3. Deja de culpar a los demás

Antes del éxito a menudo viene la lucha. Ir por el camino menos transitado como empresario significa que existe el riesgo a no tener éxito, cometer errores, perder dinero y sufrir daños colaterales que nos afecten a nosotros mismos y a quienes nos rodean en nuestra vida laboral y personal.

Culpar a los demás es fácil, hacerte responsable emocional y mentalmente de la lucha y la caída es difícil.

Revisa tu historial en echar la culpa a otros, imagina ¿qué hubiera pasado si hubieras aceptado la responsabilidad? Pregúntate que tanto contribuiste al problema, e imagina cómo te habrían respondido las personas si hubieras admitido tu parte de culpa. Al inicio te sentirás incómodo, pero es probable que te sientas aliviado. Si haces esto regularmente, ya estás en un mejor espacio emocional y mental para empezar a trabajar en la limpieza del desastre.

Una disculpa es mejores tarde que nunca. Hay límite en lo que una persona puede soportar antes de que pierdas su confianza, respeto y lealtad para siempre. Te respetarán más cuando reconozcas y te apropies de tus errores en lugar de ver qué tan bien puedes esconderlos debajo de la alfombra.

4. Pierde el perfeccionismo

Cuando los clientes buscan un servicio o producto tuyo, es poco probable que sepan si lo que obtienen es "perfecto" por lo que debes pensar en lo siguiente ¿en tu búsqueda de la perfección no estás afectando a tu negocio y al cliente?

El perfeccionismo es a menudo una máscara al temor a ser rechazado, juzgado, o criticado. Lo que a menudo olvidamos es que la aceptación, la lealtad y el respeto se ganan cuando admitimos que somos seres humanos vulnerables a cometer errores. No somos perfectos. Nuestra falibilidad permite que los clientes se relacionen con nosotros y nos tomen cariño.

Observa a cualquiera de los fundadores y líderes de los negocios más respetados y exitosos en los que puedas pensar. Es probable que sus seguidores aumenten y el nivel de respeto crezca cuando admiten que tienen defectos. Los seguidores de JK Rowling crecieron cuando el mundo se enteró de que era una madre soltera de 31 años que luchaba por el bienestar de su familia, y que creó Harry Potter mientras esperaba el tren. Su autenticidad y sinceridad le han ganado millones de fans en todo el mundo.


Este artículo apareció originalmente en inglés en entrepreneur.com