7 verdades brutales sobre el liderazgo que no muchas personas quieren escuchar

Si alguna vez has experimentado un gran liderazgo , probablemente recuerdes cómo esa persona, tu jefe, te hizo sentir. Porque el verdadero liderazgo , en esencia, es una cuestión del corazón.

La poetisa y activista por los derechos civiles Maya Angelou declaró: "La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo los hiciste sentir".

Comenzar el viaje hacia un gran liderazgo exige tener que enfrentar algunas verdades brutales sobre lo que realmente define el éxito del liderazgo. Sin embargo, es posible que no sea lo que deseas escuchar (o leer).

1. Los líderes deben enfrentar conflictos para resolver problemas

El conflicto es inevitable cuando los seres humanos están involucrados. En lugar de ser pasivo-agresivos, los verdaderos líderes son conscientes de que terminar un conflicto con habilidades de escucha activa para comprender una situación desde todos los ángulos es una solución mucho más rápida para resolver un problema que huir del conflicto y evitar a las personas.

2. Los líderes deben hacer crecer a las personas

Los líderes con un alto grado de integridad hacen que sea una alta prioridad conocer a su gente para hacerla crecer. Pasan un tiempo considerable invirtiendo en la vida de otros a través de la tutoría y exponiéndolos a nuevas responsabilidades que estirarán su desarrollo. Los líderes que no cumplan con su compromiso de hacer crecer y mejorar a su gente probablemente fracasarán en formar relaciones duraderas que conduzcan a resultados.

3. Los líderes deben poner a los empleados por delante de los clientes

El rol de cada líder debe ser atender primero a los empleados, aquellos que están más cerca del cliente. Los grandes líderes se dan cuenta de que su cliente número uno son sus empleados. Si cuidan de su gente, la capacitan y la empoderan, esas personas se comprometerán plenamente con lo que hacen. A su vez, se acercarán y se encargarán de su segundo cliente más importante: las personas que compran sus productos o servicios.

4. Los líderes deben lograr que el lugar de trabajo sea un lugar de confianza

Una investigación de Harvard indica que cuando los líderes fomentan una cultura de confianza - lo que significa que los empleados sean libres de hablar, experimentar, dar retroalimentación y pedir ayuda - conduce a mejores resultados de aprendizaje y rendimiento. Cuando la seguridad psicológica está ausente, el miedo está presente. Y el miedo es perjudicial para alcanzar el pleno potencial de una empresa.

5. Los líderes deben estar dispuestos a escuchar comentarios

Muchos líderes no quieren escuchar ideas, opiniones y comentarios constructivos de otros sobre su propio liderazgo. Para tales líderes, aislarse significa que operan en un sistema de ego, no en un ecosistema. Un verdadero líder escucha, es abierto y responsable; investiga, hace preguntas y escucha para entender, con un enfoque en el futuro, no en una repetición del pasado.

6. Los líderes deben aplicar la fuerza de la vulnerabilidad

Algunos podrían decir que la vulnerabilidad es un tema muy sensible para las empresas. Otros pueden decir que simplemente no están "cableados" para eso, no está en su ADN. Tampoco es verdad. La vulnerabilidad trata de la confianza, la columna vertebral del liderazgo exitoso. Los empleados y los líderes que confían unos en otros aprenden a sentirse cómodos y ser abiertos respecto a sus fallas, debilidades e incluso temores. La confianza basada en la vulnerabilidad se basa en la idea simple y práctica de que las personas que no tienen miedo de admitir la verdad no se  involucrarán en todo ese drama que absorbe el tiempo y la energía de todos y, lo que es más importante, se interpone en el logro de objetivos y resultados.

7. Los líderes deben actuar con amor y cuidado

En un mundo de promesas vacías, manipulación y engaño, un verdadero líder se preocupa por el bienestar de los demás; se compromete a promover los mejores intereses de quienes la rodean. La palabra "amor", en un sentido de liderazgo en el trabajo, no es un sentimiento, es un verbo, está lleno de acción. Aparece al satisfacer las necesidades de otros para obtener resultados, despejando obstáculos del camino de las personas y capacitando a otros para que tengan éxito como trabajadores y seres humanos. Tiene un valor intrínseco tanto para el líder como para el empleado. En última instancia, es este tipo de amor el que define a  los mejores CEO del planeta.


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