Alan Turing, un genio entre la ignorancia
La vida no es justa pero en el caso de Alan Turing esta afirmación cobra mayor relevancia.
Gracias a Alan Turing, la Segunda Guerra Mundial pudo terminar antes de lo estimado, salvando con esto millones de vidas; gracias a Turing se consolidaron las bases de las ciencias computacionales así como los primeros estudios que arrojaron la interesante relación entre los seres humanos y las máquinas, determinando con esto el tan conocido concepto de inteligencia artificial.
Este analista, programador, matemático, filósofo, maratonista y criptógrafo dedicó su vida al descubrimiento, a la resolución de lo imposible, a la creación de elementos que en su momento solo hubieran aparecido en bibliografías de ciencia ficción.
A pesar de su arduo trabajo, Alan Turing fue condenado por actos homosexuales en 1952, cuando este hecho era aun penalizado en el Reino Unido, consiguiendo con esto que el matemático cometiera suicidio el 7 de junio de 1954.
Sería imposible resumir en este espacio todas las investigaciones y los proyectos que Alan Turing desarrolló a lo largo de su vida en pos de la ciencia y el avance intelectual del ser humano, sin embargo, es indudable que su labor más relevante fue el desciframiento de Enigma, un elaborado sistema de códigos encriptado por la milicia naval de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
Gracias a este complicado lenguaje de cifras y algoritmos, los nazis pudieron establecer un poderoso frente bélico que puso en jaque a los países alineados que trataron de derrocarlos por un lapso de más de seis años.
Turing fue contratado para descifrar este sistema y con esto anticiparse a las operaciones de combate por parte de los germanos que hasta el momento habían acabado con la vida de miles de personas a lo largo de la Europa de los cuarenta.
Con una genialidad excepcional construyó una detallada maquinaria llamada "bombe" que no era nada más que un sistema de desciframiento que arrojaba deducciones lógicas y operaciones aritméticas de probabilidades interminables, mismas que después de meses de ensayo y error lograron captar de manera clara y concisa los mensajes que intercambiaban las tropas alemanas y con esto reducir en cuatro años la terminación de la gran guerra.
Turing y su equipo fueron reconocidos por Winston Churchill, primer ministro del Reino Unido, quien abogó por la ejecución de "bombe" con el fin de alcanzar la victoria sobre la Alemania de Hitler.
Fue en 1952 que debido a sus preferencias, el científico fue acusado de actos homosexuales y en lugar de pasar tiempo en la cárcel, prefirió someterse a un tratamiento de inyecciones de estrógeno, lo cual también es llamado como castración química, técnica que le causó alteraciones físicas que desembocaron en una depresión y en la pérdida de su trabajo como programador y criptógrafo en la agencia gubernamental de comunicaciones.
Turing estuvo bajo este procedimiento por más de un año y el 7 de junio de 1954 fue encontrado muerto en su casa, donde se indicó que había cometido suicidio con la ingesta de cianuro.
El inventor de la prueba de Turing y de la máquina que descifró las estrategias armamentistas de la gran potencia alemana murió por prejuicios, ignorancia e injusticia, características que distan mucho de los logros que este genio alcanzó a lo largo de su productiva carrera científica y matemática.
En agosto del 2009, el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown pidió perdón a Alan Turing después de una solicitud de más de 30 mil firmas que pedían que se reconociera el maltrato que había sufrido el programador, y el atropello del cual fue objeto al condenarlo por una simple preferencia sexual.
Posteriormente tanto la Cámara de los Lores como la reina Isabel II firmaron el perdón a Turing con la convicción de que merecía ser recordado y reconocido por su fantástica contribución a la terminación de la guerra y no por su acusación criminal.
Turing pasa a formar parte de miles de personas que en algún momento de sus vidas fueron acusadas y juzgadas por una predilección sexual, siendo víctimas así de la intolerancia, intransigencia,oscurantismo y el abuso de una sociedad enmarcada en prejuicios innecesarios que destruyen seres humanos que aportan hechos trascendentes a la historia de la civilización.
La biografía de Alan Turing queda como ejemplo para la edificación de nuevos valores que nos encaminen a un mundo más justo, empático y equitativo, en donde una persona sea reconocida por sus obras y no por una elección que compete a un ámbito completamente privado.
"Creo que al final del siglo el uso de las palabras y de la opinión general se habrá alterado tanto, que uno podrá hablar de máquinas sin esperar a ser refutado". A.T.