Bill Gates es uno de esos personajes que marcan una era. Genio para algunos, villano para otros, pero sin duda uno de los hombres que más han influido en cómo vivimos, estudiamos y trabajamos.
De programador prodigio a magnate tecnológico.
Desde joven, Gates mostró una curiosidad insaciable por las computadoras. En la preparatoria ya programaba y soñaba con un mundo donde cada persona tuviera acceso a una. En 1975 dejó Harvard para fundar Microsoft junto a Paul Allen. Su meta era clara: llevar una computadora a cada escritorio del planeta.
Su gran oportunidad llegó cuando IBM necesitó un sistema operativo. Gates les ofreció MS-DOS, y poco después nació Windows, el sistema que cambió la forma en que la gente se relacionaba con la tecnología. Con una interfaz sencilla y visual, logró que las computadoras fueran accesibles para todos.
Durante años lideró Microsoft, lanzando productos que marcaron época como Office, Xbox y Surface. También enfrentó fuertes críticas y demandas por prácticas monopólicas, además de una intensa rivalidad con Steve Jobs y Apple. Pero nada detuvo su visión: construir un imperio tecnológico que hoy sigue marcando pauta.

Un nuevo rumbo: del negocio a la filantropía.
Con los años, Gates decidió cambiar de enfoque. Dejó su puesto como CEO y comenzó una nueva etapa dedicada a resolver los grandes problemas del mundo. Junto a su entonces esposa, creó la Bill & Melinda Gates Foundation, una de las organizaciones filantrópicas más importantes del planeta.
Su trabajo ha estado enfocado en salud, educación y desarrollo global, apoyando campañas contra la malaria, la poliomielitis y promoviendo el acceso a vacunas en países de bajos recursos. Ha donado miles de millones de dólares y planea entregar el 99 % de su fortuna antes de 2045, buscando un impacto real durante su vida.

Innovar para un futuro más justo.
Lejos de retirarse, Gates sigue impulsando ideas para el futuro. Con su iniciativa Breakthrough Energy, apoya proyectos de energía limpia y tecnologías que combatan el cambio climático. Cree que la innovación científica y tecnológica puede ser la clave para salvar al planeta.
También ha hablado mucho sobre la inteligencia artificial, que considera una herramienta poderosa si se usa con responsabilidad. Para él, el reto no es detener el avance tecnológico, sino asegurarse de que beneficie a todos.

El legado de un visionario.
Bill Gates no solo cambió la historia de la informática; también cambió la forma de entender el éxito. Pasó de ser el empresario más competitivo del mundo a uno de los filántropos más activos del siglo XXI.
Su historia es una prueba de que la tecnología puede transformar vidas, pero también de que el verdadero progreso llega cuando esa innovación se pone al servicio de los demás.

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