Cómo reconocer un deepfake.
Una imagen, un vídeo o incluso música, todo puede crearse con inteligencia artificial. Las herramientas que utilizan esta tecnología están cada vez más al alcance del usuario medio y, si bien tiene un gran potencial creativo, también pueden emplearse con intenciones maliciosas o incluso delictivas. Este es el caso de los deepfakes —acrónimo de deep (profundo) y fake (engaño)—, que son en esencia contenido multimedia elaborado mediante algoritmos de aprendizaje profundo, que logran suplantar el rostro o la voz de una persona con un resultado hiperrealista.
Aunque también se usen como un recurso recreativo o humorístico, los deepfakes suponen una amenaza para la seguridad, ya que podrían burlar las contraseñas biométricas o derivar en fraudes. En casos extremos, un deepfake podría emplearse para extorsionar o atentar contra el honor y la integridad de una persona bajo la amenaza de difusión de un vídeo, aunque falso, igualmente comprometedor. Pero la forma más común de que nos la cuelen es con la propagación de bulos y noticias falsas basadas en esta tecnología. Entonces, ¿cómo podemos contrastar que un vídeo es real o falso?
Así puedes detectar contenido falso
Un deepfake puede aparentar tal verosimilitud que es bastante fácil creer todo lo que nos cuenta. Pese a sus impresionantes resultados, con un poco de atención y sentido común, podremos evitar caer en sus trampas
1. La nitidez de la voz
Si un vídeo presenta un rostro, pero sin sonido, existe un primer motivo para sospechar. Los softwares para crear deepfakes utilizan audios pregrabados mediante un móvil o un ordenador que pueden resultar desnaturalizados, con matices distintos a los de la voz original. Deberías sospechar también si el vídeo dura pocos segundos.
2. Atiende al lenguaje no verbal
Una cuestión clave a la hora de identificar bulos. Los creadores de noticias falsas suelen utilizar, por el número de horas que conlleva realizar cada creatividad, patrones sobre los que luego superponen diferentes rostros.
Si notas que hay fallos en la sincronización del audio con el movimiento de los labios, los ojos o la cabeza, o incluso percibes incoherencias en el discurso, es más que probable que estés ante un deepfake.
3. Existen desproporciones
Los rostros sintéticos son casi indistinguibles de los reales y eso nos puede generar una falsa sensación de credibilidad. No obstante, hay ciertos movimientos naturales que los algoritmos todavía no han conseguido imitar. Si el rostro protagonista presenta desproporciones de tamaño entre cabeza y cuerpo, o las expresiones de la cara no se corresponden con las posturas que adopta, puede que estés viendo un deepfake. Fíjate en otros aspectos como las sombras de los ojos, el vello facial o la tersidad de la piel que te ayudarán a diferenciar lo real de lo fake.
4. Detente en los ojos y la boca
Puedes saber si una persona es deepfake si parpadea de forma forzada o poco natural, o si lo hace en pocas ocasiones.
Otro aspecto de la realidad difícil de reflejar es el color de los labios y las formas de la lengua y de los dientes de las personas cuando hablan.