Hailey Rhode Baldwin nació en 1996 en Arizona, hija del actor Stephen Baldwin y sobrina de Alec Baldwin. Creció rodeada del mundo del entretenimiento, pero su historia no fue la típica de una heredera que se conforma con un apellido famoso.
Desde adolescente, Hailey comenzó a trabajar como modelo. Su presencia en las pasarelas y campañas la llevó a desfilar para marcas como Tommy Hilfiger, Ralph Lauren y Dolce & Gabbana, consolidándose como una de las figuras más prometedoras del modelaje en Estados Unidos.
Sin embargo, aunque su carrera brillaba, la percepción pública muchas veces la encasillaba como “la amiga de Kendall Jenner” o “la novia de Justin Bieber”. Esa constante comparación se convirtió en un arma de doble filo: por un lado, le dio visibilidad; por otro, la retaba a demostrar que podía construir algo propio.
El punto de inflexión: Hailey como icono cultural
La boda con Justin en 2018 catapultó su nombre a la conversación global. Cada aparición juntos se convertía en noticia. Pero lejos de conformarse con ser “la esposa de…”, Hailey supo usar esa exposición mediática como una plataforma para construir su propia identidad pública.

Fue en ese momento cuando comenzó a perfilarse no solo como modelo, sino como referente de estilo y, sobre todo, como una mujer con visión empresarial. Su presencia constante en redes, su autenticidad al compartir rutinas y su estilo natural la convirtieron en un ícono aspiracional para millones de jóvenes.
Ese fue el terreno perfecto para el nacimiento de un proyecto que cambiaría su vida: Rhode.
Dato curioso
Ahora tienen un hijo llamado Jack Blues Bieber: Nacido en agosto de 2024, el nombre “Jack Blues” tiene un significado especial: “Jack” es el segundo nombre del padre de Justin, y las iniciales “JB” siguen una tradición familiar.
El inicio de Rhode: de una idea simple a un fenómeno viral
En 2022, Hailey lanzó Rhode con un concepto minimalista pero potente: productos de skincare efectivos, accesibles dentro del segmento prestige, y con una narrativa clara: la “glazed donut skin”, ese brillo saludable y fresco que ella misma popularizó en redes sociales.

El debut fue modesto en catálogo —solo tres productos—, pero gigantesco en impacto. En cuestión de días, TikTok, Instagram y YouTube se llenaron de reseñas, tutoriales y unboxings. Rhode no solo se convirtió en una marca buscada, sino en un fenómeno cultural: comprar Rhode era, en cierto modo, acercarse al estilo de vida de Hailey.
Crecimiento acelerado: de startup a unicornio en tiempo récord
El éxito fue inmediato. En su primer año completo, Rhode ya había generado más de 200 millones de dólares en ventas, cifras que pocas startups de belleza alcanzan en tan poco tiempo.
Esto atrajo la atención de e.l.f. Beauty, un gigante de la cosmética conocido por identificar y potenciar tendencias emergentes. La adquisición, valorada en mil millones de dólares, fue un hito que consolidó a Hailey como una empresaria multimillonaria antes de los 30 años.

Lo más interesante es que Hailey no desapareció tras la venta. Al contrario: se mantuvo como Directora Creativa e Innovación, asegurando que cada nuevo producto lleve su toque personal, lo que refuerza la credibilidad de la marca.
Rhode en Sephora: conquistar el retail después de dominar lo digital
En 2025, Rhode dio un paso estratégico clave: su debut en Sephora Estados Unidos y Canadá. Lo que antes era una marca digital aspiracional se convirtió en un producto tangible en las manos de miles de consumidores.
El impacto fue inmediato: largas filas en los lanzamientos, productos agotados en cuestión de horas y una cobertura mediática que reforzó la idea de que Rhode ya no era solo una marca de Hailey, sino un referente de la industria de la belleza.

Un vistazo a Rhode
Explora una selección discreta de cuidado de la piel con acabado luminoso y una estética simple.
Además, Sephora permitió que Rhode llegara a un público nuevo: consumidores menos activos en redes sociales, pero igual de interesados en productos de calidad con el respaldo de una celebridad auténtica.
Las claves del éxito: autenticidad, estrategia y cultura pop
- Minimalismo estratégico Menos productos, pero más claros y efectivos.
- Marketing orgánico Hailey convirtió su propia piel en la mejor campaña.
- Visibilidad mediática Su vida con Justin mantiene la marca en el ojo público sin necesidad de gastar millones en publicidad.
- Alianzas inteligentes Con e.l.f. expandió el negocio; con Sephora ganó prestigio y acceso masivo.
- Autenticidad constante Su participación activa demuestra que Rhode no es solo un “producto con su nombre”, sino su visión hecha realidad.
El efecto Hailey & Justin: más que una pareja, una marca cultural
Aunque Rhode es el proyecto personal de Hailey, no se puede negar que la relación con Justin ha sido un acelerador mediático. Cada vez que él la apoya en redes o aparece con ella en eventos, los titulares se multiplican y el interés por la marca crece.

Esto genera un círculo virtuoso: la atención mediática alrededor de los Bieber alimenta la curiosidad, y Rhode está siempre lista para capitalizar ese interés con lanzamientos efectivos y productos que cumplen lo que prometen.
Conclusión: Hailey, la empresaria imparable
En apenas tres años, Hailey Bieber pasó de ser vista como “la esposa de Justin” a convertirse en una empresaria multimillonaria con una marca global en expansión. Su historia demuestra cómo una celebridad puede usar su visibilidad para construir algo auténtico, sólido y rentable.
Rhode es más que skincare: es el reflejo de una mujer que entendió que la fama puede ser una plataforma, pero el éxito real viene de la visión, la disciplina y la autenticidad.
Y si algo ha quedado claro, es que Hailey Bieber apenas está comenzando. Rhode no solo seguirá marcando tendencia en la belleza, sino que también consolidará a Hailey como una de las figuras empresariales más interesantes de su generación.
¿Productos de Rhode o maquillaje que no envían a México?
Si lo viste y lo quieres, nosotros lo conseguimos por ti. Compra en tiendas de EE. UU. o Asia y recibe en tu hogar en México, sin complicarte con envíos internacionales.
Comments